En el ámbito farmacéutico, el proceso de secado es crucial para eliminar la humedad de los productos farmacéuticos, lo que contribuye a su estabilidad y durabilidad.
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Aplicaciones
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Secado al aire
Este método implica exponer el producto farmacéutico a corrientes de aire caliente para evaporar la humedad. Es uno de los métodos más simples y económicos de secado, pero puede ser lento y no adecuado para ciertos productos sensibles al calor. -
Secado por congelación (lío-filización)
En este proceso, el producto se congela primero y luego se somete a un vacío para sublimar el agua, es decir, pasar del estado sólido al gaseoso sin pasar por el estado líquido. Este método se utiliza comúnmente para productos farmacéuticos sensibles al calor y para preservar la actividad biológica de los ingredientes activos. -
Secado al vacío
Se utiliza un vacío para reducir la presión y permitir que el agua se evapore a temperaturas más bajas que en el secado al aire. Este método es efectivo para productos sensibles al calor y puede proporcionar un secado más rápido que el secado al aire.
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Secado por lecho fluidizado
En este método, el producto se suspende en un lecho de partículas fluidizadas, generalmente aire caliente, lo que aumenta la superficie de contacto entre el producto y el aire y facilita la evaporación del agua. Es especialmente útil para productos que forman aglomerados o que son difíciles de secar de manera uniforme. -
Secado por infrarrojos
Este método utiliza radiación infrarroja para calentar el producto y evaporar el agua. Es rápido y eficiente, pero puede requerir equipos especializados y cuidadoso control de la temperatura para evitar la degradación del producto.